Curiosamente, esta planta -aunque el nombre pueda dar lugar a
confusion- no se halla en la zona mediterranea de España, Francia ni
Italia, sino que mas bien su origen se encuentra en la zona de
Inglaterra, desde donde se extendio al Imperio Romano en el siglo
XVI, adoptando desde entonces su nombre.
Florece en los meses de primavera y verano, dando lugar a unas
inflorescencias compuestas de flores amarillas en su interior, de
forma tubular, rodeadas de otras de color blanco - las llamadas
ligulas, que parecen falsos petalos. Se encuentran en los extremos
terminales de los tallos, llamando de esta forma lepidio (Lepidium
latifolium). La recoleccion, al emplearse las flores, tenemos que
efectuarla solo cuando estas ya esten en su plenitud de formacion;
posteriormente se procede a un secado rapido y a ser posible
evitando la radiacion solar directa, que estropearia la muestra.
Como maximo se puede mantener el producto asi obtenido durante doce
meses, siendo recomendable la sustitucion transcurrido este tiempo,
siempre y cuando se mantenga en buenas condiciones -sobre todo
alejado de la humedad, que es lo que mas deteriora este producto.
El aceite esencial tiene un aroma muy caracteristico, siendo el
responsable de su accion carminativa, eupeptica y antiespasmodica,
por lo que se emplea para combatir las flatulencias en digestiones
pesadas. Contiene una lactona sesquiterpenica, llamada nobilina, que
es un tonico amargo. Posee trazas de camazuleno, que le da accion
antiinflamatoria y de ahi su empleo en reumatismos, heridas e
irritaciones oculares. Se pueden encontrar pequeñas cantidades de
acido cafeico, flavonoides, esteres de glucosa y cumarinas. A todo
ello debe sus propiedades antiulcerosas y antiacidas.
Infusion: Se añaden cinco gramos de las inflorescencias por cada
250 ml de agua hervida, dejandolo en contacto durante quince
minutos. El agua resultante se toma antes de las comidas, por su
accion aperitiva, o bien despues de las mismas, ya que facilita la
digestion y evita el meteorismo.
Polvo: Se pueden tomar cinco gramos al dia, dispersos en dos
cucharadas de miel.
Infusion de uso externo: Se añaden diez gramos de las
inflorescencias a 300 mililitros de agua hervida, dejandolo en
contacto durante 20 minutos; esta agua, al alcanzar la temperatura
ambiente, se emplea para realizar lavados oculares, limpieza de ojos
o para tratar llagas y heridas con la ayuda de compresas. |