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La codicia de algunos recolectores desaprensivos
ha puesto en trance de extincion a esta majestuosa planta, ya que
crece tan lentamente que tarda 10 años en dar sus primeros frutos.
Resulta triste que se haya estado arrancando sistematicamente su
voluminosa raiz, que puede pesar hasta seis kilos, para aromatizar
licores alcoholicos con ella. Dioscorides, el gran medico y botanico
griego del siglo I d.C., ya decia en su monumental Materia medica,
que «la raiz de la genciana, bebida con agua, socorre a los enfermos
del higado y del estomago». En nuestros dias, casi veinte siglos
despues, sigue siendo valida la observacion del sabio griego, y la
genciana es una de las plantas aperitivas y digestivas mas
apreciadas.
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Habitat:
Crece en prados y laderas soleadas de regiones montañosas de Europa
central y meridional. Prefiere los suelos calizos. En España resulta
mas infrecuente cuanto mas al sur. Cultivada en America.
Descripcion:
Planta vivaz de la familia de las Gencianaceas, que alcanza de 60 a 100
cm de altura. De tallo erguido y liso, del que salen hojas grandes,
ovaladas, opuestas una frente a otra. Sus flores, que nacen en
racimos, son de color amarillo vivo.
Partes utilizadas:
La raiz.
Propiedades e indicaciones:
La raiz de la genciana contiene diversos principios amargos, entre
los que destacan la genciopicrina y la amarogencina. Esta ultima es
la sustancia mas amarga que se conoce (una dilucion de una parte en
50 millones, aun conserva sabor amargo). Ademas contiene diversos
azucares, taninos y pectina. Estas son sus propiedades:
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Tonico estomacal: los principios amargos de
la raiz de genciana, excitan la secrecion de todas las glandulas
digestivas, incluidas las salivares. Por ello abren el apetito
(accion aperitiva) y facilitan la digestion (accion eupeptica o
digestiva). Resulta especialmente indicada en las gastritis
cronicas que cursan con escasa secrecion de jugos gastricos
(hipoclorhidria), en la ptosis o atonia gastrica (estomago
caido), en las indigestiones y vomitos, en los casos de
inapetencia y en la convalecencia de enfermedades febriles.
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Coleretica y colagoga: estimula la secrecion
de bilis por el higado, y su vaciamiento al duodeno. Conviene en
los casos de congestion hepatica y de disquinesias biliares
(vesicula perezosa).
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Febrifuga: esta accion no es muy marcada,
pero resulta especialmente efectiva en caso de paludismo. Se ha
comprobado que es capaz de destruir los protozoarios causantes
del paludismo que parasitan los globulos rojos de la sangre.
Puede usarse asociada a la quinina y esta particularmente
indicada en los casos de paludismo resistente a la quinina.
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Inmunoestimulante (estimulante de las
defensas) : se ha comprobado que la administracion de raiz de
genciana provoca un aumento en la produccion de leucocitos
(globulos blancos), por lo que se piensa que pueda tener una
accion favorable en los casos de depresion inmunitaria (escasa
resistencia a las infecciones).
Uso:
En maceracion, colocando un trozo de raiz de
genciana del tamaño de una nuez (unos 10 grs.) en un litro de agua
fria. Dejar macerar durante 4 o 5 horas; se toman 3 tazas diarias,
antes de las comidas. Se le puede añadir unos granos de anis durante
la maceracion, con el fin de hacer mas soportable su intenso sabor
amargo, pero no conviene endulzarla. Decoccion de 10 grs. por litro
de agua; hervir durante una hora; se toma media taza antes de cada
comida. En polvo o extracto seco se ingiere de 0,5 a 1 gramo antes
de cada una de las 3 comidas diarias.
Precauciones:
no hay que confundir la genciana con el eleboro blanco,
planta toxica que crece cerca de ella, y que se distingue de ella por
tener las hojas alternas (salen de una en una del tallo) y vellosas
por el enves, asi como por sus flores blancas y de olor
desagradable. Se desaconseja el uso de preparados alcoholicos o licores a base de
genciana, pues los efectos negativos del alcohol contrarrestan los
beneficiosos de la planta.
Deben evitarla quienes padecen de ulcera gastroduodenal activa, pues
al aumentar la secrecion de jugo gastrico, puede agravar la
enfermedad. Tambien debe evitarse durante la lactancia, pues sus
principios amargos pasan a la leche, y aunque no son toxicos, hacen
que el lactante la rechace.
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